Historia del Cementerio San Pedro



HISTORIA CEMENTERIO SAN PEDRO MANAGUA


A mediados del siglo XIX, Managua limitaba al norte con el lago Xolotlán, al sur los terrenos donde estaría El Campo de Marte cerca del actual Centro de Convenciones Olof Palme, al este el barrio Santo Domingo y al oeste el barrio San Sebastián. Su población era de unos 10,000 habitantes. La gente se abastecía de agua y peces en el lago a cuyas orillas había una aldea de pescadores.
Las epidemias de cólera que asolaron Nicaragua, 1855 y 1867 en Managua, obligaron a disponer de un terreno en las afueras de Santiago de Managua, cuya población y desarrollo aumentó luego de ser declarada ciudad el 24 de Julio de 1846 y más al convertirse en capital de Nicaragua, el 5 de Febrero de 1852. Sin embargo, relatos de viajeros describen que todavía para 1850, según el francés Félix Belly, «Managua no es más que una gran aldea que ocupa una media legua cuadrada de superficie con cuatro o cinco iglesias y casas desperdigadas que se pierden en los montes vecinos».
Durante los gobiernos del Presidente Tomás Martínez Guerrero y las administraciones de los alcaldes Carlos Aragón, Indalecio Bravo y Nicanor Alvarado se comienza a ordenar el cementerio. En 1865 se inicia la construcción de una ermita con el nombre de San Pedro. Los trabajos estuvieron a cargo del maestro albañil don José Pérez bajo la supervisión de los señores Manuel Espinoza y Faustino Martínez, miembros de la Junta de Caridad. Fue terminada la construcción en julio de 1867.
El 30 de noviembre de 1875, el Presidente Pedro Joaquín Chamorro decreta el Reglamento del Cementerio San Pedro, publicado en La Gaceta No.58 del 11 de diciembre de 1875. Debido a que el cementerio era administrado por la Iglesia Católica, se dieron problemas con ciudadanos extranjeros, masones declarados o suicidas que eran sepultados fuera de los muros de los cementerios. Caso famoso fue el de don Enrique Gottel, quien al fallecer el 11 de Enero de 1875, hubo que comprar un terreno al norte y en las afueras del cementerio para sepultarlo. Ante esa situación se destinó el terreno para cementerio de los extranjeros, inaugurado el 5 de enero de 1885, lo que se superó al ser secularizados los cementerios por decreto de la Asamblea Nacional al Constituyente, el 19 de julio de 1894.
Lamentablemente no existen registros del cementerio San Pedro. No hay libros sobre los enterramientos. Los Registros Civiles en Nicaragua se inician oficialmente en 1879. El libro 0001 del Registro de Defunciones de Managua comienza el 31 de Mayo, se perdieron ocho páginas donde estaban asentados doce partidas, la primera corresponde a la número trece y está en la página nueve, con fecha 23 de Junio de 1879, es la de Rosaura Díaz Sánchez, fallecida al año y medio de vida, hija de Marcelo Díaz, de oficio jornalero y Agapita Sánchez, de oficios domésticos.
Otras fuentes para la verificación de la identidad de personas sepultadas en el cementerio están en los libros de matrimonios y nacimientos, encontrándose como datos históricos que el libro 0001 se inició con el «desposorio» el 21 de Junio de 1879 de Mercedes Solís, jornalero y de este domicilio y Nicolasa Jirón, de oficios domésticos y natural de Juigalpa. El «desposorio» se celebró ante el Presbitero Julián García por encargo del Sr. Cura Pbro. Pedro Abelardo Obregón. Fueron los padrinos Teodosio Chávez y Máxima Chávez. El primer nacimiento inscrito, libro 0001, el 3 de Junio de 1879, fue el de Domingo Antonio Arias, hijo de Domingo Arias, impresor y Josefa Ortega, de oficios domésticos y natural de Masaya.
Salvo los ataque de cólera, dada la poca población el número de fallecidos no era mucho, en el año 1880 se inscribieron 276. Ya para 1920, el cementerio se extendía más allá de lo que es ahora la avenida Bolívar, los terrenos que ocupa el INSS, los barrios aledaños hasta llegar a la calle Colón. El 9 de Junio de 1922 se cierra oficialmente el Registro del cementerio San Pedro, en el Libro 1 iniciado el 1 de Enero de 1922, quedaron registrados 307 entierros.
Los últimos sepultados fueron Dolores Bravo de Flores, Alberto Solórzano Diaz, Mariana de Solórzano, Amelia Z. De Saravia, Evaristo López, Carlos Webersesin y Celina Rosales. Varios de estos restos fueron luego trasladados al nuevo cementerio, llamado indistintamente general, central y occidental. El 12 de Octubre de 1930 fueron sepultados los restos del ex-Presidente José Santos Zelaya López, fallecido en Nueva York el 17 de Mayo de 1919, ya que en el cementerio San Pedro está el mausoleo familiar, conteniendo los restos de sus padres José Maria Zelaya y doña Juana López, su hermano Francisco.
Desde 1922 el cementerio quedó en abandono. Junto con el de Granada era de gran valor escultórico por los diferentes y numerosos monumentos. El 5 de Junio de 1929 se produce una escandalosa profanación, cuando marinos de las fuerzas de ocupación norteamericana, en estado de ebriedad y en compañía de prostitutas, realizaron una tremenda orgia. El General Augusto C. Sandino logró que el Segundo Congreso Mundial anti-lmperialista, reunido en Julio de 1929, en Frankfurt, Alemania, publicara una resolución condenando el hecho.
El 31 de Marzo de 1931, el terremoto que destruyó Managua, derribó la ermita de San Pedro y los monumentos más altos. Donde estuvo la ermita fue construida la morgue del hospital, destruida en el terremoto del 23 de diciembre de 1972. Se inició el saqueo y el pillaje. Son robadas valiosas piezas esculpidas en mármol de Carrara, Italia. Desaparecen lápidas como la del General Florencio Xatruch, General en Jefe de los Ejércitos Aliados de Centroamérica que combatieron a William Walker en 1856. También la de don Enrique Gottel, el más ilustre de los inmigrantes alemanes, fundador del servicio de transportes y carga de pasajeros, periodista, historiador y músico.
Con el crecimiento de Managua, se hace necesario abrir nuevas calles y avenidas, hacer ampliaciones, así que a partir de 1936 se inicia con la avenida Bolívar y calles, como la 11 de Julio, se hacen grandes exhumaciones y hechan los restos en fosas comunes. Desde antes muchas familias exhumaron a sus deudos. Los restos del héroe de San Jacinto, Andrés Castro, fueron llevados a la cercanía de Tipitapa, ignorándose su destino. Se trasladaron al cementerio Occidental los del Dr. Bernabé Portocarrero Baca, General José del Carmen Díaz y Reñazco, Samuel Portocarrero Cardenal, Dr. Adolfo Altamirano, don Antonio Belli, etc. Otros se perdieron como los del General Florencio Xatruch, Maximiliano Sonnenstern, Fabio Carnevalin Cagliero y varios de sus familiares, José de la Paz Cuadra, Antonino Aragón, Pascual Fonseca Moreira, General Vicente Vijil Bermúdez, General Irineo Estrada Morales, Dr José Leonard, José Zacarías Guerra, José Ángel Robleto, General Miguel Vélez, Francisco de los Santos Reñazco, Manuel Cardenas Martínez, General Andrés Murillo, Saturnino Bien, Pablo Giusto Parodi, Esmeraldo Coronel Matus, Juana Zelaya de Lang, Susana Huete de Robleto, etc.
A inicios de 1950 el INSS desmembró parte del cementerio, se construyó el edificio, abrieron nuevas calles y avenidas, urbanizando a favor de altos funcionarios gubernamentales. Se dan cienes de exhumaciones, por la prisa y desorden con que se realiza el traslado se pierde la identidad de la mayoría de los difuntos, entre ellos ilustres escritores, políticos, músicos, filántropos, periodistas, educadores, etc. Fundadores de familias conocidas de Managua, igual que ilustres inmigrantes sobre todo alemanes e italianos.
El saqueo continúa. El terremoto del 23 de Diciembre de 1972 destruye más los monumentos. El mármol y el granito caen de sus bases. El vandalismo aumenta en la medida que crece el valor de los materiales. A partir de 1979 cantidad de esculturas desaparecen en manos de coleccionistas y comerciantes de antigúedades, se establece un verdadero tráfico. Al ser robadas las lápidas muchas tumbas permanecen sin ser identificadas, no sabiéndose por muchos años el paradero de ilustres personajes como Gottel, Don José Dolores Gámez, Dr. Manuel Coronel Matus, ambos periodistas, historiadores, diputados y ministros.
El 12 de Noviembre de 1991, el Concejo Municipal declaró el cementerio Patrimonio Histórico del Municipio de Managua. Se elaboraron planos que incluían los terrenos hacia el este, hasta llegar a la Avenida Bolívar, a fin de convertirlo en un parque de carácter histórico. Lamentablemente siguió en el abandono, invadido por la maleza, convertido en basurero, víctima del saqueo de las piezas de mármol. En julio del 2001 gracias a los documentos encontrados en el Archivo Municipal, se inicia un trabajo de investigación, verificando un censo en el propio cementerio que permitió ubicar 782 tumbas y 156 restos con sus nombres y apellidos, fechas y hasta partidas de defunción. Eso ha permitido conseguir valiosos documentos y fotografías, elaborar árboles genealógicos. Realizar entrevistas con personas mayores de 90 años.
Entre los restos cuyas tumbas están identificadas, se encuentran: Enrique E. Gottel, Joaquín Aviléz, Carlos José Luis Gonzaga Caso y Ubago, Alfonso Escoto, Josefa Dolores Torres de Solórzano, Marcelina Aviléz Vda. de Medina, Fortunata Vda. de Zavala, General Andrés Zamora, Federico Arturo Ripley, Ernesto Bien Muñoz, Enrique y Elvina Rodríguez Bien, José Dolores Gámez Guzmán, Manuel Coronel Matus, José Maria Zelaya, Alexander George Tretropp, familia Uriarte Ubilla, General Francisco de Dios Avilés Reñazco, Rafael Angel Rivas Guerra, Efraín Rivas Avilés, Salvadora Santamaría.
Edward Thornton, Maestro Gabriel Morales Largaespada, Juana Gertrudis Morales de García, Felix Morales Largaespada, Eugen Tretopo, Margrethe Bahke, Prebitero Alejandro Estrada, Maria Helena Cabezas Vda. de Rosales, Celina Rosales Cabezas, Lonie Cousin, General José Santos Zelaya López, José María Zelaya, Juana López Vda. de Zelaya, Francisco Zelaya López, Rafaela Cabezas de Bone, Adela Elizondo de Suhr, Sinforiana Navarrete de Suhr, Alberto Suhr, Benito Castellón Sánchez, Julio E. Zelaya, Leonor Susana Robleto Vda. de Huete, Tranquilina Báez de Murillo, Gustavo A. Lembke, Ana María Plozaola Vda. de Herrera, etc.
La recopilación de datos fue posible también por medio de los libros que sobre Managua escribieron don Heliodoro Cuadra y don Gratus Alftermeyer, el Dr. Julián N. Guerrero y doña Lolita Soriano de Guerrero, la obra «Los alemanes en Nicaragua» del ex-embajador Góetz Von Houwald, pudiéndose elaborar un listado de personas cuyos restos fueron sepultados en el cementerio San Pedro, aunque no fue posible localizar las tumbas. El trabajo está en proceso, apenas iniciándose. Con la ayuda, principalmente de los descendientes, habrá que corregir y aumentar los datos y documentos, recobrando así el vinculo familiar y el valor ancestral. No se trata solo de ubicar restos humanos o restaurar tumbas, sino y sobre todo rescatar su memoria, obra y ejemplo, una parte de nuestra historia nacional.

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